Muchas cosas que decir

"No eran siquiera las cuatro de la tarde y frente a la SCD ya había gente. Una reunión de tribus con sabor a Latinoamérica y a familia bastante particular. Los parches de Papanegro se confundían entre los sombreros y corbatas de los infaltables Rude Boys, al igual que las burbujas suaves de la cerveza callejera (sin carabineros de por medio). Dentro de la sala, lleno. Poco espacio para caminar, todo el mundo sentado en el suelo, atentos a los videos de culto, con Sergio Lagos hablando de The Skatalites y Rafael Araneda felicitando a Santo Barrio. Un recuerdo tras otro, sonidos, imágenes, afiches y recortes de prensa, que colorearon las pálidas paredes del lugar. De a poco la hora pasó en un ambiente distendido, con los músicos paseándose entre el público e Iván pidiendo paciencia. Pasado las seis se armó el show. La desesperación de los dueños de casa no era para menos. Mucho calor, empujones, baile y ska al por mayor en el living de la SCD, no se ve todos los días. Los aplausos se sentían por montones tras cada tema: "Combo número uno", "La misma canción", "El toque" y varias más. Volaron algunos cojines en un arrebato de euforía, la gente alentaba como en un estadio (¡acá llegó el Santo Barrio!, gritaron por ahí) y la banda respondió con saludos y agradecimientos. Palmas, saltos y fuerza, fuerza, fuerza, como Desorden Público, haciendo explotar los parlantes del pequeño lugar. Los éxitos se sucedían con pasión de barrio popular.
Apogeo y fin, la gente pidiendo más, como suele ocurrir y sin hacer esperar en demasía, nuevamente los músicos se cargan a los instrumentos. Pocas palabras y Sumo a sonar; "Kaya" y "Que me pisen". Ritmos argentinos para una tarde de celebración entre amigos, de ayer y de hoy, nuevos quizás, difusión independiente y muchas cosas que decir. Porque al Santo Barrio, así, no lo pueden parar, sangre latina, mensaje y rock. Puro aguante"
Aportado por: Francisco Padilla, vocalista de Drakos

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